lunes, 9 de febrero de 2009

Lealtad

De lo que fue entre lo que pudo
hemos capturado la segunda
dimensión final,
rupestre comulgación del silencio
aparados contra la sombra
Que seas melodía suspendida
languidez estelar, me intriga
Yo te ansío cosmológica siempre
extensa, mayor de alma,
la plenitud cristalina en tí
Piénsame esta noche,
encontraré la manera de escucharte,
lo prometo, prometo entenderte
sin cuestionamiento.
Ya es muy tarde, la ciudad esta cerrada,
nadie hay para asuntos pendientes
Nuestras orillas siguen rugiendo, cansadas,
y no hay decir en el abismo
que desconozca la sal
Gastarse un mar a tientas es poco
cuando se da la eternidad,
el vuelo establecido sueño.
Hay que dejar las ramas correr
hacia donde brotan nuevos destellos
darle tiempo al tiempo es menester
Pero guárdame de cara al cielo
un espacio entre corazón y alma,
miéntele al olvido con mi susurro,
que tienes un lugar verdadero en mi
que desconocen las estaciones.

Paz es lo que pido

Paz es lo que pido,
arriesgarse no vale la pena,
pues las aventuras
se acarrean entre sí,
tanto hasta olvidarse
¿y el propósito?
y el propósito termina siendo
la tranquilidad, el aislamiento.
Paz es lo que ansío,
un viento largo largo
en el cual zambullirme,
que en poco tiempo
abusé de la suerte
con, sin premeditación.
Aunque la dicha de estar vivo
sea menor a la de no estar muerto,
bien me alegra partir.
Amigos míos noctámbulos,
arréglenselas como puedan.
Cabezas duras, animales,
tráguense el peligro
hasta que lo rezumen
sus poros si desean.
Pero las campanas están sonando.