sábado, 6 de marzo de 2010

Relatividad sincopada

El sábado pasado Mario me llevó a un fanzine y me agradó, todos famas y yo cronopio, quedamos en que debía escribir un poema sobre renacer, y pensé que debía escribir algo breve, solamente salió esto. La idea origial era mucho más anecdótica y aleatoria: Existen momentos más grandes que otros, lo descubres cuando ves a una mujer vintage bajo un semáforo un sábado por la noche y el rojo de pronto parece durar una eternidad. Así era la idea original, pero poco a poco se fue definiendo como un cuadro psicológico.



Existen minutos más grandes que otros, como si hallaran
profundidad en su exaltación, al llevar nuestras
acciones por desconocidas desembocaduras;
conductas que de ninguna manera se tienen bajo control,
solamente existen en nuestras vagas inquietudes,
pero tímidas y poco detalladas.
Hasta que vuelven y tu vuelves a enfrentarte a tus miedos,
para lograr una anotación biológica hacia la entelequia,
con la seguridad puesta sobe todo desánimo.

Perfilado hacia el horizonte disuelto, sueñas con
distancias al atardecer, desenvolviendo íntimas disposiciones.