jueves, 1 de julio de 2010

Planta del deseo

Intenté escribir algo sensual un poco no sé, naturalista


Tu rostro es una clemátide ebria de un ramo de lunas llenas,
y si algo le han robado a la mañanita clara, deben ser tus ojos provocativos,
tus senos son dos frescas frutas ruborizadas al crespúsculo,
tu cintura un tallo sensual esculpido por el viento travieso.
Bella eres como las nubes, dulce eres como la sal,
tus nalgas son dos bulbos listos para ser inseminados.
Planta del deseo, así es tu hechura.
Cuando canta y baila la noche yo bailo con tus caderas,
las raíces del bosque se adentran entre la tierra,
tu saliva recorre mis deseos, mis manos recorren tus pechos.
Azúcar narcótica hay en tus piernas, mi amor borbotea,
clavo mi aguijón hondo dentro de tí, para inocularte mi veneno
que se hilvana por tus vértebras como el éter puro
hasta llevarte de un zarpaso al mismísimo delirio,
llevarte, traerte, llenarte, vaciarte, cargarte, beberte,
somos máquinas amatorias con hélices, bandas y manecillas,
mi delirio es tu boca, mi instinto miel de café.