martes, 24 de agosto de 2010

Vid IV

Sin poder escribir, pero ayer salió esto.


Mi corazón pesa menos empapado por el arco iris
tu sangre es ceniza lavada por azur,
llevando hacia mi alma pétalos erubescentes.
Lo que ayer fue molino hoy es tálamo
cubierto por la suavísima aura del céfiro.
En un breve paso las hojas cobraron la magia
hecha canción y al perfil volátil del ondeante
viento cayó por cada nota una lágrima alada.
Como los pájaros divulgan el amanecer
de igual forma las flores, abiertas, divulgan
mi amor por ti a los ángeles sobre las nubes espumajosas
de la aurora clara, vertiente desnuda.
Tendría que ser halcón para hacer mía la altura
si la azulidad se destapa entre sogas amarillas.
Tendría que amarte en cuanto me descubro
oculto en la cuarta parada del desnudo asombro
con fuego a mi alrededor diciendome,
hombre, anda a verte al espejo que hay en
la pupila de la mediatarde, que ella te espera
cubierta por mariposas y libélulas, desnuda entre
las gracenias. Te amo y te adoro; te amo por
la belleza tomada en un gesto sublime de sí
misma para , te adoro por tu virtud
florecida a la par que los retoños de tu dulzura abiertos.
Ni la promesa del sol de amanecer, ni la promesa tempestuosa
del mar puede compararse a mi promesa de
amarte eternamente.Vida de mi vida, juzgue a la
casualidad suerte, en torno a la promesa
entregada por los ángeles en su vendimia celeste y ambos nos
embriagamos de una aurora circundada por crepúsculos
incandescentes, bajo los álamos, fuiste golondrina
desde entonces y sobre las rojeces del arce, en sus frondas,
anidaste. Si llueve reirá el río, soy pajarillo cantor en salterío.
Has quemado mi corazón con tu amor puro, ya no podrá
amar a otra; has quemado mis labios con tus besos,
ya no podrán besar a otra, con tu cuerpo y tus caricias
me has hecho tuyo bajo el ardiente deseo,
como la noche va apropiándose del cielo vespertino.
Hoy quisiera saber el nombre de las flores cuyo ósculo aromado
perfuma la brisa de la mañana trayendome la idea de tu cuerpo
desnudo; esta noche quisiera saber el nombre de las estrellas
en las mansiones siderales; en especial de aquella que me inspira
y que yo le puse ... Mar, sirena y sal, eres todo a la vez.
Ven conmigo, dulzura, adoración, Vid mìa, comamos el bendito
fruto de nuestro amor, que ha de devolvernos al Edén.