miércoles, 21 de abril de 2010

Proceso poético

La acentuada veleidad con que las ideas se mencionan no es del todo adecuada para agruparlas en constructos significativos que hagan al menos entrever lo que sencillamente es un sonoro desorden en una noche de pretensiones poéticas, es más o menos lo que entendemos por talento separado fervientemente de la inspiración, una suerte de habilidad omnipresente para versificar esquemas bastos cuando no se cuenta con el favor de una musa o dicho de manera sencilla, cuando no se tiene nada que decir y sin embargo se logra escribir un trabajo agradable y sensato. Existe, o se desarrolla con mucha práctica, la voluntad para curvar la palabra muerta, aquel impoder que acusaba Antonin Artaud que atrapa los psicotrones en polímeros compactos y del todo abstractos haciendo imposible encontrar el hilo destejedor, que en este caso representa la primera línea escrita con resolución que derive en un desborde explosivo de ideas a la velocidad con la que la pluma se desliza devorando párrafos y párrafos. Pero definitivamente no es lo mismo estar radiantemente inspirado y
escribir como un simple ejercicio poético, pues en el primer caso llegas frente a la hoja con una especie de tenesmo confesional en el cual los acontecimientos toman en una cadena reactiva, entonces te sientas a escribir casi sin reconocerte, escapando con mucha destreza de los lugares comunes desarrollados en tu propia voz poética como moldes tendenciosos hacia donde derivan tus versos al quedarse cortas las ideas, pues estas muy por encima de tu capacidad frecuente y al terminar quedas por demás satisfecho cual si hubieras traducido una revelación desde su idioma increado hacia el resto sensible. Escribir como ejercicio poético constituye una labro mucho más paciente, ir poco a poco ordenando tus ideas, así va naciendo un escrito, a mi parecer, guiado por una consciencia estética y pragmática demasiado aplicada, reconociendo en el moldes poéticos influyentes e insistencias en posturas que se repiten en nuestro repertorio poético, figuras retóricas, tópicos, en fin: un escrito carente de la personalidad artística que deseamos perpetuar.
Irónicamente los poemas de ejercicio son la mayor parte de nuestra obra, aunque a mi entender son los que escribimos con más conciencia del objetivo al que queremos llegar, uno poco de deleite sensorial, un poco de pathos, unos cuantos conocimientos arquetípicos de Jung para definir la realidad distopica, una pizca de obscenidad, así como un cocinero va agregando ingredientes, de la misma manera, y si se posee mucho talento incluso puede alcanzarse cierta flexibilidad, lo que podría dejarlo en consideración de antología.
Insisto, si se cuenta con mucho talento y conciencia crítica el resultado de dicho proceso creativo derivará en un poema notable, es aquí donde la práctica entra a tallar. Un poeta, al igual que un escritor debe acostumbrarse a escribir diariamente, manteniendo una regularidad considerable para que al momento en que se encuentre inspirado pueda manejar toda esa energía creativa con un ritmo desarrollado que le permita conservar la inspiración y no cortarla forzando un rumbo errado como sucede en los escritores que no cuentan con la práctica debida. Existe además muchas técnicas, tanto aprendidas, como desarrolladas por cada poeta para escribir de manera correcta; una de ellas consiste por ejemplo en no limitarse a un lenguaje impuesto como desarrollo de personalidad, pues este a menudo resulta quedando estrecho, sino que solamente hay que dejarse llevar por la libertad de las ideas, aceptando lo antiguo junto a lo inestimablemente novedoso, encontrando los ritmos onomatopéyicos de las relaciones inconscientes semióticas , conjugando con ello una fluidez ejemplar además de una sensibilidad por sílaba, no por idea. Otra manera de escribir es dejando que las ideas lleguen de primera mano sin intentar completar esquemas métricos promedios, de esa forma es que cada idea encuentra su propio ritmo sintáctico y termina exactamente donde la idea encuentra solidez, el primer pensamiento es el mejor pensamiento en cuanto a tiende a la intuición verdadera y no diseca aproximándose al Logos. No hay que detenerse a pensar, es la manera en que la magia se pierde en el proceso creativo, al que le encuentro mucha semejanza con el estado de vacío Zen, pues al encararse con una hoja sin ninguna idea preconcebida en la cabeza solamente hay que tener fe en que se podrá escribir un texto satisfactorio.

Espíritu

Avecínate luz de mi alma, coge el rectángulo amado
en que se transita a breve paso el tiempo floreciente,
no hables más de la cuenta, sé como la cuneta del vampiro
en la cual abraza un sueño delicado que despierta cuando
el día termina, es cuando comienza y la sed describirá otra
historia en la manera en que se sacia en un dulce nudo nocturno.
Cada ventana desperdigada por el mundo para posar
en ella ocasionalmente la lejanía de edades memorables,
un trago engorroso e interno; perfume de tardes.
Fruto inmarcesible que las decisiones acertadas y esfuerzos
cotidianos enrojecen, imprimiendo en él la música clara
y significativa. Se mi orgullo, mi única y próspera cosecha y cantata
y cuando las fuerza me falten e inmóvil me halle tras mis agonías
finales han de preciarme por tu suplido amistoso.
Qué más puede desear un hombre en vida que no lo conduzca por
desatino a innumerables trampas o lo empequeñezca más aún
de lo que ya lo es. Una casa en la que guardar mi virtud encontrada,
junto a otros tesoros inestimables, prodigadores de cariño.

Un sueño dentro de un sueño

Mi tristeza inventa otro corazón solamente para apuñalarlo a punzadas
y saber que no voy a morir, que me place encontrarme donde me
pierdo, sabiendo amar la herida a ciegas, hasta sus relieves más bajos.
Alguna vez quise arrojarle fuego, con una manguera, a multitudes,
podría referirse a mi sexo ante la sociedad, alguien me dice
en mi cabeza, eres demasiado despistado: me puedo ver de niño
intentando dibujar formas geométricas imposibles de un trazo,
como si fuera una misión puntual crear medios favorables que
facilitaran lo complicado, sin importar el tránsito donde agonizan
los hombres en el tiempo, bajo cáusticas tormentas de arena. Mi victoria
sobre mi carácter evasivo radica en ser un buen ejemplo, y a esos
niños que abren alegremente los ojos sonrientes, mostrarles mi corazón
vuelto una paloma y lanzarla al cielo para que vuele hasta las nubes
y atraiga más palomas como ella, miles de palomas blancas,
para todos los niños. Porque la imagen de Dios es fija, como su misión,
podría resumirse en una sola palabra de un idioma increado, que
exactamente recordaré cuando me coseche tras mis últimos ronquidos.
Despierta, despierta, de este sueño, me dice aquella voz, la realidad
no es más que un sueño de partículas sub-elementales en agrupación,
cuando muera recuperaré la energía de mis actos y mis reacciones, de
cada poema que escribí, la mínima alteración ante el orden continuo
y podré existir como un cuerpo energético, volando sobre el mundo
con su dinámica ruidosa, solamente los corazones inocentes podrán
verme al atardecer junto a los demás espíritus volátiles.
Me despego de la colcha, salgo a al ventana en busca de un viento largo,
hoy es el último día de plazo, junto facturas y citaciones del juzgado,
espero que entre las fachas del mercado negro y el tránsito encontrar algo,
sea paloma mensajero que alguien le pego un puntapié o el embotellamiento
a las siete y cuarentainueve, el mundo goloso aún no se termina, pero
esta epopeya desordenada continúa, así que paso toda la tarde pegando
recortes, esas calles con las que uno llena su existencia de forma particular.
Mis sueños a los cinco años de hacerle las tintas a un gran estudio,
aquella primera canción desfachatada que escribí cuando me dejaron
por primera vez, mis veranos leyendo en el techo libros amarillentos,
Una noche … dijo: “en esta piedra arrojaré mi existencia” “muy bien
dicho hermano”, la luna sonreía con malicia, y arrojamos dos guijos
a no mucha distancia, su rastro se perdió en las aguas oscuras, su
armónica en el viento marino sonaba como un trigo azul.
termino mi folder y unas lágrimas caen sobre la tapa deshaciéndose.
Voy a ver al editor y le digo, aquí esta el trabajo, lo terminé a tiempo.
y como la voz premonitoria él me dice: “Mr Benavente usted ser
muy despistado, estos no son los borradores que me había mostrado”
Recibo de su mano cuanto esté dispuesto a pagarme, que apenas
me alcanza para comprarle flores a … y una botella de bourbon,
… es idéntica a… sólo que nació en Teherán y como ella tiene manos
pequeñas, “son hermosas” “ pensé que nunca hacíamos nada juntos”
hacemos el amor locamente, luego bebo en la silla con el pantalón
y la correa desabrochada, recuerdo mis antiguas miserias y lloro

Se me ha perdido la tristeza


Se me ha perdido la tristeza, mi tristeza laboral,
cuando la tuve no supe usarla,
y hoy me hace falta un verso nuevamente
 era mi costumbre hacerla cantar
mi diferencia con los demás
Vivo sin resultado en sentir
Si nunca vuelvo a escribir igual me enviarán al asilo

tendre que adherirme, no hay partes quebradas
en su interior seguire a mi generacion
acaso mi servicio terminó 
recuerdo las noches de poesía hasta entonces 
noches de incordura
puedes sentirte complacido
como te deshace el corazón,

pensando que sincera es.
la calma siempre me ha parecido aburrida
como una mucama te arropa
y en su sabañon te acuesta a dormir 
egoísta es quien yace cuando otros quieren divertirse.
el funcionario pajaril por excelencia

desea su soneto a tiempo
el poema también forma parte del mundo en cadena.
 pesimista de mi sospeche que este momento llegaría
Los angeles me han jugado una broma esta vez
tristeza de mi vida descansa en paz


no quiero pensar he dicho al señor

Sinceramente pienso que debo acostumbrarme a los comandos


es el momento puedo sentirlo alguien abrió una guitarra
una y otra vez, que tonto he sido, y para que para obtener un mal poema; pues todo lo hice en nombre de la poesía.




se quieren reconocer en mi, sobre todo quienes me estiman



 Arriba arriba arriba arriba arriba arriba arriba arriba arriba arriba arriba ... un ángel juega al hockey elemental