viernes, 24 de abril de 2009

Para tí

Sostener una promesa pesa en silencio, pesa la carne lo que nos sobra de artefacto. Cómo se traga uno el deseo cuando es imposible consentirlo y cuán antagonista de uno mismo se puede ser. Hay tanto tiempo en el tiempo y las personas que uno quiere poco asoman, aunque mucho nacen. Pero no, ya hubo tiempo para claudicar, no puedo ser pez y vivir en una charca, ni debo nombrate para sentirte parte de mi, aunque tu nombre sea... aunque tu nombre sea la ecuación del dolor y del sueño. Siempre lo digo y lo sufro de igual forma; por qué el tiempo desperdiciado hace falta cuando uno ya se ha despedido.
Y si aún soy vulnerable a tus ojos tristes, tendré que enfrentarme a las sombras de tu historia.
Yo apenas tengo una esperanza del tamaño del corazón de un venado, pero pesa lo mismo que un planeta y a veces siento que tratar de guardarte es lo que es para mi brazo la hormiga.
En este tiempo he aprendido hasta dónde llega tu horizonte, esto es sólamente comprobar tus cuarteles una vez más, sin embargo tu no entiendes los míos. Y si soy vulnerable, y si estoy escribiendo es porque color a color se van las flores y a pesar de lo implusivo que fuere yo siempre te tomo en serio y confío en ti, y trato de ser bueno, algo demasiado ideal para soportar peso excesivo. Ahora, ya sabemos que somos distintos, que no estoy hecho de miel. Pero mira lo que me haces hacer, desde afuera quererte debe parecer no tener a nadie más a quien querer.
Y seguro tu dirás que estoy lleno de estas cosas; inseguridad. Pienso que nos parecemos mucho en el temperamento, por eso a veces nos repelemos, pero sin embargo mira: estoy aquí, intentado sentir un poco más, sentir un poco más... ( no quiero perderte).