miércoles, 11 de agosto de 2010

Vid III



Deseo en torno a tu misterio aprender el descubrimiento de toda tu persona como solamente puede descubrirse un alma, saberte, conocerte, ser quien guarde cada gesto tuyo, cada mirada, cada sonrisa, multiplicidarme en distintas razones para tí. Me desordenas por completo, me dominas, preso de esta fascinación mortal, mi sangre circula arremolinada, mi corazón zapatea como si tuviera unos zapatotes, todo el pulso se me va a los dedos, cuando siento nuestros corazones resonando a traves de un mar de sonido. Eres una Eucaris color nube teofánica razgada por un rosa en ligeras vetas de oro fundido, los bordes del clavelito chino son violeta tormeta de supernova, desciende un corte magenta con los matices otoñales en cortinas al contraluz verde petroleo, antuarios y gardenias, margaritas blancas, acantilados barbiponientes donde oraciones se han vuelto mariposas siderales haciendose fundimiento floral. Muestrame aquellas verdades reverdecidas, que cuando el trigo sea dorado como el sol inundará el universo, sabras que el trigo es virtud, sabras que el sol es alma, y paceremos pacientemente nuestro borboteante amor color barriga nocturna de quimera.