lunes, 7 de marzo de 2011

Romance

La felicidad empieza con una sonrisa y termina con un hasta siempre ... 4-2-11


No puedo estar tranquilo si ella esta sufriendo
al lado mío, aquí en mi mismo cuerpo.
Cuanto puede soportar el amor verdadero un
gesto decisivo, una acción significativa,
voy atrás tuyo, no dudes un momento,
como lo hemos soñado juntos, tal como tu
lo esperas, así es perfecto para mí,
siempre es perfecto para mí...
Cuidame, que los días traen dolores de
cabeza como el guijo descantillado,
eres mi todo, mi palabra aún pendiente,
mi respuesta indecisa, esa que tu
soñaste otro día también.
Hoy tu amor por mí fue revelado, era
fort´´isimo, ardor de labranza
pensó el corazón mundial de nuestros
hermanos. Flotaban nuestros calores,
el sexo, la ternura sobre aquel sacrificio
sagrado.
Si pudiera inseminarte tal cual lo hacen
los vientos, acampando, en la fruta
sonrojada y dulce, si estuvieras aqui un
minuto en esta memoria sentimental,
las lágrimas que esperan llenarían
nuevamente la mirada para hacerla
sincera, como antes,
sabrías que el milagro existe, míralo,
sorbelo ahora, entre estos versos,
es mi alma completa desnudándose
de esta pasión antigua,
Vuelve siempre a mi lado, me haces recuperar
la alegría perdida, y yo desearía desde
mi sinceridad masculina también
mostrarte cuan bueno puedo ser.
Mírame soslayando importunamientos,
es difícil decirlo, decir que aunque
me falte tu cuerpo estoy acabado
si no puedo volver a atraerte.
Tomo cada día perderte un segundo
más me asustaría no recuperarte, es
un ajetreo palpitante.
Eres la mujer de mi vida, recuerdalo,

te lo pido, recuerdalo, te lo ruego,
te suplico que nunca me rompas el
corazón tampoco.
Tu sinceridad me reconforta aunque
no pueda solucionar los pequeños problemas
entre nosotros.
Ahora mismo me parece haber llegado
al principio al lado tuyo, como si
ambos pudiésemos venir a explorar
nuestro futuro habiendo rebobinado
el pasado.
Contigo lo sorpresivo parece una
cosa natural, dame la vida cuando
halla escazes en mis sentidos,
cuando esté respirando en
pleno pánico.
Soy tu esposo, el legendario hombre
con quien compartirás tus últimos
días, estoy aquí, soy yo,
podremos repartir los roles,
ser siempre el uno refugio del otro.
Mi tiempo es tuyo, también la
alegría para compartir,
sigue siempre sincera,
los ángeles nos ayudarán a
solucionar nuestros problemas,
ruego porque jamás nos separen,
los días más dolorosos ya
quedaron atras.
Te amo, escuchalo de nuevo, te amo...
He pasado muchos días sin poder
dicertelo como mi corazón lo prefiere,
ahora quema en mis pensamientos,
aparece ahora, yo también
deseo lo mismo, no poseo
algo deseable, si algo se desea urgir,
sin duda, eres tú.
Retengo el viento en mis pulmones
y luego lo arrojo en libertad,
cargado con mi pasión afanosa,
deseo tu boca junto a la mía
otra noche, se añejan las
ansiedad por tí,
llename, cubreme los sueños,
lo haces tan perfectamente
que no puedo hacer más que
amarte.