jueves, 21 de enero de 2010

Pareceres

Escrito con Isaac (azafrandelamente.blogspot.com). Me anima escribir con alguien, ciertamente he perdido las ganas de escribir. Empieza con una estructura simple y luego pudimos fluir, en mi caso fue como un automatismo algo melancólico, Isaac es más explosivo, pero para mi quedó bueno, lean y revisen el blog.





Con los ojos soñamos, con la boca deseamos, con los dedos tocamos, con el viento abrazamos, con el fuego, el agua; la tierra obtenida por simples trazos, el volumen ensortijado en una huella que se volatiliza y aguanta el peso imperceptible de una caricia, parecida al sol reencarnado en una gaviota, la manifestacion menos predecible y fugaz, ante los ojos desenvuelta, aromas crepusculares y copulación espumosa entre el desgano y el pensamiento.Sin el aire desvivimos, con el humo, sin el tiempo, con las almas invisibles revoloteando en nuestra narices, son tintes y matices inmateriales, la mitad de una pintura rasgada sin anonimo brazo predecesor ante hogares de oleo, todo es en suma nada, asi como nada es en suma lo que se exhibe, las grietas, las fugas, tupidos hoyuelos en roboticos pensares, la misma historia..una y otra vez, que se alberga, como queriendo decir algo más, en cada uno de nosotros, pero con una voz tan débil que apenas se advierte un momento como suma de inconmensuraciones de una intuición dispersa, repentina y audaz, que pasa la mano por el lomo suavísimo de la fatalidad para comprobar su acritud en cada gota de saliva, en cada gota de sudor y el canto que existe y la existencia que canta, como si casualmente se correpondieran, cuando entre ambos planos existe la carretera magnética por donde la energía de mínima pulsación ha de transformarse en acordes y actos. Se desataran los desastres naturales una vez mas, tormenta de voces, huracanes de ideas, mareas de gente con criterio propio, el estupor se va quedando corto en la carrera, lo dejaremos ya atras, seremos primeros en alcanzar la cima, cuspide de azares, la suerte se acaba, la muerte se acecha, no muchos lo vimos venir, no pretendemos, solamente somos, como un revolver cargado antes de un atraco,como los guantes de un boxeador en el primer y ultimo asalto, se maceran al fin los universos en neuronas comunes pero no tipicas, los tropicos se renuevan con cada puesta de sol y cada puesta de luna. cada uno tendra su turno momento lugar, las crisálidas se abren, el capullo es la evidencia, todos queremos volar, desemplear nuestros pies, olvidar los periodos que dejamos de reconocer cuando nos dejamos llevar, mientras se diluyen las palabras bajo el espejo que supone buscarnos en las cosas circundantes, desaparecer verticalmente, la ejecución perfecta, aquella aprendida por sesiones, igual.