jueves, 16 de septiembre de 2010

Ars poetica



Angustia estranguladora, atacas mi alma intranquila,
en la irrupción tuya, los focos, las estanterías,
tienen la llameante mudez de su connivencia
un bocado de fuego infernal enrojece tus ojos
y en ellos noto planes traicioneros que urden
Desdibujaron sus ringleras medio maltrechas,
subieron sobre colinas extranjeras sus inclinaciones
hasta la curvatura descubierta con verdadera desconfianza
¿ en cuántas estampas apareces presenciada,
dulce alma mía, vocación fascinadora sobrenatural,
córtame las viejas riendas esclavizantes a una huída,
(hazme nulidad viajera, ciencia factible a la sangre)
cuando aparece la extraordinaria descompostura rampante?
clara virtud arcana otorgada, me haces bello partícipe;
crepúsculo color espalda de adolescente desvirgada,
suma exaltación encendida en placeres manifiestos,
cortada realización enredada sobre tus partes irresistibles
en decadentes distorsiones refractadas al delirio.
Como presta el ave peregrina generosa, en ofrecimiento adecuado
a perfectas fantasías otorgadas, sensuales, por
una rojedad color rubí, incitando a la imaginación deleitosa,
así también presta el ave memorial su jeroglífico
que es similar a un glifo caviloso advertido lascivamente.
Cuerpo psicótico revestido en cráneos y úteros cenicientos.
Volvieronse túrgidos asuntos al tacto precipitado,
hallando verdaderas manifestaciones de amor musicalizado
en fluyentes sentimientos sobre azures embriagadores.
Reproduce pasos huellando el viento gravitable por melancólico
sacudirá su objeto audible el soplo atrayente prestado,
como se presta el estrecho mirar desafiante al último
referente en tu errante camino abocado a descubrimientos significativos
como la araña jardinera teje laboriosa a su necesidad incontenible,
con instinto asesino, una telaraña efectiva y aún presta
a una mayor complejidad técnica dedicada directamente
al sacrificio cruento en un ritual complaciente a su naturaleza.

...

martes, 14 de septiembre de 2010

Decía...




Mientras espero, escribo decidido a esclarecer un momento en la caracterísitica de la razón inconclusa. La lógica completa puede revestirse en una envoltura conceptual mediante la premisa de que, los sentidos-en ningún grado de la imaginación cultural- siquiera suponen el campo sensible sobre el que se hacen presentes. De esta afirmación la preconsciencia es tan imaginable como concreta. La postergación en mi dialéctica es la parálisis conceptual genuina, detenida en la injustificacion lógica dentro de la noosfera.




Aquel beso de despedida

Viviendo locuras, irresponsabilidades, nuevas aventuras, sin tiempo para escribir, hay tanto que decir, tambien hay que proteger la autoria, por eso escribo menos pero siempre algo para mis lectores, Saludos y abrazos para todos. Hay todavia bastante, no se preocupen.






Aquel beso de despedida lo mismo que esta lágrima dolorida,
columpiándose en la muda noche de mi mejilla
Enganchado a tu boca esta el silencio, y tus ojos cerrados y la noche
callada de tu voz
la indicha verdad sobre nuestros angulosos sin sabores.
el espejo toma una apariencia curvada como a derrota, las sombras buscan refugio en su interior cual golondrinas horcajadas.
sesgos de papel de Alejandría.
Abrió sus alas al sol cuando sus ojos conocieron el acorde diurno,
ya sin órganones, próximo a la huida, por los cielos de brusca tormenta.
Compórtate semejante a las piedras sobre el intempestuoso tiempo frugal,
si se cae donde haze descolorado tu certidumbre una ligera verdad
hazla teñir un suspiro en la medida de una intuición veraz.
Deshiciste una línea en la arena, beligerancia, absoluta beligerancia,
cuando vuelves en una semejanza a tu anterior noche,
puedes darme aquello que niega el desvanecido correr del tiempo.
Si se hunde tu seguridad al hallarme más confiado que de costumbre,
soy efímero, alguna vez aprendí el sumo saber providencial
mientras el mundo aprendía los perfumes juveniles de las tardes veraniegas.
Cuando se hace más grande que el orgullo el loco deseo por hallar
al instante la energía vital, las puertas derivan en otras puertas, el descorrer
del ansia atrapa cualidades inánimes, en tus manos y en tus
pasos algo desiste, vuelta la melancolía un universo conocido por la espera.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Final feliz







Siempre he tenido una cuenta pendiente con ella que jamás pude cobrar por mi disparatado afán de montar una escena de celos, por si los sentimentalismos de las comedias románticas o los títulos fantasioso de las novelas, donde la suerte augura un destino presto
a mostrar una señal clara en el momento exacto, pudiera reconfortar mi mente dolorosa
 algo muchísimo más amplio que la sexualidad o las bajas pasiones recortadas por la libidinosa mente, confundido entre la noción del amor. Un juego propio del amor donde, puestas sobre la mesa ambiciones y expectativas, las personas se alianzan en mutuo acuerdo para caminar de la mano en busca de un fabuloso bouquet, cuyas flores estuviesen conformadas por un revestimiento de ojos color bonanza, en la ligera intuición que una razón merece. Las palabras, todas ellas y los detallismos afectuosos se encargan de efectuar la expresión de una anatomía susceptible, vulnerable y frágil. Es exactamente en aquella distancia donde hacemos las maletas o dejamos humear un café a las doce con cuarenta, trocleando los dedos a los días cuando los adolescentes empiyamados deshojan margaritas blancas. Podríamos volver a vernos y encarnar un encarnizado intercambio de diferencias para luego abrirlas con una necesidad siempre descubierta por el rigor del tiempo, nuevos arraigos menos encantados pero jugando siempre a la ruleta rusa con un revólver carnal, rozando la pura necesidad. Cuando se han apagado las luces y solamente los santones insisten en traer estrellitas para justificar sus instintos encendidos y arrojar su cuerpo gordo sobre aquella querida, medio borrachos e injustificables. Ella te toca la nariz para hacerte despertar porque en vez de chuparse el dedo prefiere chupar… unos tragos. (Con el paso del tiempo uno aprende a callar, a casi aceptar que eres un vago empedernido). Apaga el interruptor y tú te escondes ahora en tu silencio, diciendo que solamente hay refugio para uno, y ella te manda a contar hasta cien, mientras se besuquea con quien-jamás-sabrás, en aquella orgía paranoica cuasi psicótica con la que desvelas tus desencuentros.” Todo ha estado absolutamente bien. Vamos a una fiesta, que aunque no haya orquesta nos deshuesaremos divirtiéndonos , Siempre he admirado como cortas la carne al cocinar, hay un rasgo homicida entrevisto bajo el filo de tus pupilas. Encadéname a tus deseos, estoy despertando y hoy me toca perderme, mira como me tienes prendido al capricho vanidoso que hay en tu desnudez irresistible, quisiera tener tus encantos para envolverte para siempre y encontrar, después de tantas catástrofes y colillas medio fumadas por las dudas empanzadas de insomnio, un final feliz, que sea como satisfactorio definitivo. Siempre he tenido una cuenta y jamás pude pagarme su disparatado afán, le contaba a ese blando órgano que no me dejaba dormir bajo su bullicio.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Itifanía



Gobernare el sueño que me lleve hasta donde descansas 
para hacer un pacto de unión con tu alma 
mantedre mi alma junto a la tuya durante toda la eternidad 
tu voz es dulce como el canto pajaril 
tu bello rostro tiene un abolengo cercano a los ángeles 
donde el carmin y el rosaceo juegan dulcemente
perfume de piso latinoamericano hay en tus cabellos negros
y tus ojos azules tienen la lejanía de las aguas del pacífico 
guardan el dulce embriagante de los licores
Dejame ir contigo al campo que colinda con el bosque
para amarnos libremente lejos de las demás personas
donde el ruiseñor arrulla a la flor salvaje
Por un solo beso tuyo limpiaría este mar de sollozos
finiquitaría las eras oscuras de tu cabellera azabache
amandote castamente como a una ninfa del bosque mudo


jueves, 2 de septiembre de 2010

El segundero se sentó en el minutero y miró a la ventana




En setiembre murió por amor un sujeto
llamado destino,

petirrojos congregados lloraron en su pecho atravesado 
Su vida bohemia fue arrastrandolo al desboque 

finalmente halló un desenlace definitivo la noche del viernes 
Junto al él se enterraron otros desaparecidos 

un conjunto entero de interpretes de jazz
subieron al cielo musicalizando descargas
otro romántico existencialista pereció este año
siguiendo el envión de su caminoEnterraron también, entre otros a un angel 
Todas las paralizaciones sentimentales desataron
la turbulencia en una catástrofe sónica,
para secar hoyuelos en la violentada marea,
marea venida de millones de mundos,
fuego propagado a través de millones de estrellas.
En setiembre se suicidó por amor un sujeto
al desvanecerse su idea oscureció en gesto,
estuvo amarrado a un árbol fallecido bajo
las ambarinas estrellas en su solaz sideral.
Habíale pedido a los acordeonados cerros
le enseñaran la máxima voluntad
frente a sus oponentes, durante el otoño,
le pidió al viento recordarle siempre ser bueno,
al océano a luchar sin descanso por su pasión.
Mas una noche le brotaron piernas entaconadas
por los ojos y una devoción extraña abrió
una helada boca pronunciando voluntades
provenientes de otra noche, una cortada
por los sentidos rasguñando la adrenalina
hasta colorear colinas tan morbosamente,
cavando un vórtice en pleno delirio amoroso.
Tocaron pianos afinados por la fatalidad,
cubriéronse las horas de enmudecidos horrores,
el segundero habíase sentado en el minutero,
porque la hora siempre termina venciendo al tiempo.
La nada comía como un tractor deprimido el infinito,
una extrañeza hallaba formas desconocidas, el lirio
huérfano en la sombra perfumaba el enlutado cielo nocturno.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vid VI

Estan sucediendo muchas cosas que luego contaré, por ahora estoy muda. Te quiero.



Cambié un segundo por viento
fue al ocaso barca, fue bajo la luna llena romántica canción,
al día siguiente ya era capaz de reflejar
cuanta apariencia inclinábase ante él con exactitud.
La duda tuvo ocho patas, porque así reptaba
mucho antes incluso de ser advertida,
hubo tejido una telaraña promiscua.
Mírame amada, soy un cadáver bajo el arco iris
un árbol esta enraizado a mi osamenta
encontrarás entre su copa un fruto
síntesis de los tiempos y un siglo de agua.
Tú, coqueta estrella encarnada en canto
haces madurar la fruta, florecer los campos
bajo el cielo de un sonido celestial.
Al encuentro acudió el avistamiento
el destino escrito puntual en el admisible presente
bifurcó una eucaris cubriéndola con ternura perfumada
Toca mi pecho y cambiará el color del horizonte,
toca mi mano y saldrá, muy amarillo, el sol,
trinos tupidos caerán sobre tus manos
mientras las madreselvas tiemblan con levedad.
Bajo esta luna llena, no necesitamos la Torre Eiffel,
no necesitamos una góndola de oro, ni los canales venecianos.
Las estrellas hablan con tu boca acerca de un encanto,
mientras leo en tus ojos mi vida entera.

Vid V

Para regalarte la eternidad.


Le pedí al sol, despiértala con tu sonrisa en el alba clara
suavemente a su clara alma una alegría profunda.
le pedí al ruiseñor al gorrión y al zorzal, vayan hasta su
ventana y cántenle una serenata,
le pedí al viento, envuélvela en el céfiro aquel
como entre los juncos llevándole la caricia de mi alma.
Huele a pecado entre pétalos color pasión,
el sonido amoroso de un dulce tacto.
voy a hacerte una constelación sobre tu vientre
con suaves besos, mientras cazo tus senos tibios.
Pájaro gigante o nota musical,
nuestros corazones harán un eclipse perfecto
iluminando a la vida a su manera encendida.
La orquesta desde el cielo tocará
tenor de nuestra cita, las estrellas harán soprano.
Tú y yo presenciándonos mediante una señal armoniosa.
el alma del mundo es la vida, su aura
envolvente nos conectó; la música de
las esferas celestes se depositó, humilde,
en un pequeño círculo trazado por un compas virtuoso
para mostrarnos el infinito hecho sentir.
Le pregunté sin brazos a la mar si
abrazarte media eternidad cobrará la apariencia
en su mediada profunda.
Le pregunté sin cabeza a los cielos
por un lugar donde hacer nuestro romántico nidito.
Sobre mi sentir calca su forma la fantasía,
a las horas les cuelga una curiosidad coqueta.
Cuando te caiga la noche y veas una estrella seductora,
no lo dudes, ella refleja mi promesa despierta.
Gestando una nueva poética
En mi paso ha crecido una pena y una lágrima cuelga de
mi propia lágrima, han pasado cuatro inviernos y no ha
llegado aquella tarjeta escrita por ingenuas ambiciones, un
mundo en la espera adquirió , contra su edad, a la nota
oscura, su entreabierta puerta. Dejó paso a la distancia,
el ansia se hizo cenizas, luego sal, pero al destino invadió
una enorme oscuridad. Entre mis muchas sombras se instaló
un miedo cierto al insomnio y a la canción melancólica,
mediante el cual caigo a través de pesadillas profundas
como ardientes. Venció a la espera, por fin, el disgusto,
contra sus frías consecuencias, ha invitado al incierto momento
en que se descubre el mundo en una desnudez contrita.
Por eso el incesto ha calcado una impresión profunda
contra la silueta indemne en donde quedó atado a
la añoranza, materia para los pesares y volátiles
caricias de la nada, manchando la conciencia en un
mensaje venido luego de recorrer el universo completo
para comprobar triste su entera vacuidad. He sido el desprevenido
asaltado por la experiencia por algún callejón en llamas.
Aquel acertijo, el cual esconde una vaguedad desolada
el que insinúa el desprovisto despojamiento al vacío.
Aprendí que un amor inocente es un avión de papel
volando hacia su fantasioso mundo, mas los cielos en ademán
de grandeza desatan fieros su encarnizada ira
Pobrecillo si cree en el destino hasta el último instante,
pobrecillo porque cae encharcado a la sucia derrota.
Me he hecho espejo de realidades perturbadoras,
tocando el silencio, la palpable nada confiesa sus residuos
creados por agrios inviernos y mezclados con el borde
menos grato formulado en la dimensión más cruenta.

Automatismo

Me vierto sobre mis irresponsabilidades,
mi acorde fue el merecido convencimiento
sobre la estación muda, a veces despilfarraba
anhelos por parecerme de vida o muerte su definición,
un bosquejo del pasado por donde solía buscar mis rasgos,
si derrotado o solemne, de nada sirve buscar
entre los residuos de la madrugada la razón
que el día malgastado sin mostrar su oportunidad
inoportuna, la luz sobre los párpados resume
alguna colosal invención metafísica para salvarnos
el pellejo o arrojarlo en forma de ave a los
vientos vespertinos. El anuncio de la estación
temprana viene recorriendo los caminos, llama
con el céfiro a la brisa, pero no consigue adjuntarse
a la permanente soledad que a sus tintes ha vejado,
por si existe una corazonada indemne abriéndose
paso por pasillos abandonados de alguna
memoria exangüe, ¿dónde lloran los privados
por la narcótica propagación cuando sus dedos
recogen líquidas pupilas éntrelos alelíes y los tulipanes?
El desacuerdo es pertinaz como el despojamiento
en cuanto sus declives no abren sus pétalos a antojos,
ni alborotan el viento en poblamientos sonoros.
Asestar una injuria contra la propia naturaleza,
bestia herida por el arpón de cacería, aquella
amalgama plateada se contiene entre los labios,
aún cuando los pájaros revuelan y la determinación
marchita sobre las lápidas del camposanto
y en la última habitación nombrada entre tormentos,
se descubre la osteofagia de tempranía.
Brotado entre sus pálpitos, corazón, extraeré la música
interna para mostrársela a Dios, cuántos fragmentos
arrastran las mareas en su undívago pesar, arrojándolos
finalmente contra un peñón destemplado, o la verdad
hunde su vista en el concreto y escupe en torno a la ruda turbación,
buscaría sus secretos, o el cráter interno que todos
poseemos y como delineando un volumen al compas
de sus silencios su semblante desierto alentaría
dirigiendo cuanto le cuelga por sus indecisiones a la brújula
puntual de la existencia imperecedera. Durante la noche,
cuando la luna recorre el cielo ennubecido, un vuelco
de pez acorrala mi pensamiento por sus zonas palidecientes,
abrumarme me encara contra su espectro hacia la noche
abismado y sin propósito me he vuelto, en unos pocos segundos
, una libélula con alas de espejo, cuando el tiempo
y la vida copulan y un gran baile hace retumbar las estrellas,
así se hierve el inmenso deslindamiento, por virtud contraria
y por contrariado paso, la serpiente apolínea
enredó sus metros alrededor del diagrama de entelequia,
las redes ya se hubieron arrojado hace tantos siglos
que la sal pudo oxidarlas, mi alma, volaba por atajos que los ángeles
han fundado en sus azulidades. Despierto y me inquieto,
aunque no le presto alas a ningún antojo, pues conozco bien
de cerca la poca sinceridad con que estos se disfrazan,
por demás lo sé, y no ignoro tampoco su juntura como
la resistencia que oponen cuando el sol les da directamente
a la cara, sin poder hacerle cobertizo con proposiciones
reticentes, la justiciase aprende o se carece.
Esta veleidad lucífuga, viene y se va, no es de fiarse su luz,
ni inquieta su clamativa abnegación, viene y se va, queda alguna
pequeña calma, no alcanza ni para limpiarse los
recuerdos en la mesa melancolía. Pero existe algún signo imprevisto,
supongo o lo intuyo, debería justificar, y lo hará, y la historia
implica su necesidad de niños llenando las tardes con vocecillas
, o el árbol con un fruto tan rojo que la marea se agita
con una atracción desmedida, los abrojos renuncian
donde el pecho amanece, tan temprano advierte el sacrificio
sacrosanto, por sugerencia de las flores y las enredaderas,
ahoga con su frondosidad amatoria las calles erubescentes
no distingue la sombra enredándose a la inextinguible
insensatez despierta, como si a su orilla cobraran vida
las viejas ilusiones, y , orquestadas, con sus entreabiertas alas,
se baten en un convencimiento interestelar sobran las vías
y el mesiánico revestimiento surge sobre la carne despierta
por un instante de lejanía, sus manos tocan la paz
consumada en luz. Realmente me arranco las palabras
con ánimo persuasivo, mis dudas acerca de la realización
advenediza tiene los talones cortados por sugerencias detenidas,
ahora suspendido en el espacio permanente, culpo la sangre
de sus ramificaciones y sus perturbadores giros que envuelven
las piles angustiosas, la rueda verde ha servido para mover
intenciones inusitadas, el fuego helado pudo adormilar
la incontenible voluntad pero sin lograr encontrar
entre sus temores sombras carentes de significados
dolorosos, ahí perdí mis esperanzas, detrás del alma
y su círculo de angustias, el verdemar insistente por
la costa embozalada, me olvidé aquel nombre citado por mis
amores imposibles, parado ante el mundo absoluto,
norte, sur, este y oeste, mis propios aires se hipnotizan
buscando el aire libre, descuerdan libertades trazando
su diámetro de alcance, virando hacia el destino insinuado
por la hierba movediza, se afirma la más extraña paridad
vuelta canción que la tarde anochece mientras el hábitat
superceleste de Dios fulge entre los contraluces.
Me he atrevido a dirigir la nariz de la melancolía hacia el horizonte
y algunas islas, pero hechas con abstracción inconclusa,
abrillantaron mi mal, como un espasmódico ensamble sexual,
mi voz vibró en alguna caracola y fue nocturno acompasado
por el otoñado roble que es el descaecimiento,
para dar sombra a una tierra patriarcal, y su carrera
hacia el fin de los tiempos es la misma por la que los
demás resbalamos, ciegamente, en cuanto nuestros deseos
se ahogan por su amo9r descontrolado hacia sí mismos.
Por vacíos trechos deambulé, la pérdida encarnada,
cuánto hace de eso, mis ojos han olvidado el color original
que ostentaban las miradas de aquellas muchachas
, vuelve a mí la memoria de sus cabellos y,
ahora mismo, me desarma, porque ante su sus labios
aún presentes entre mis días, se derrama casual un líquido sensible,
me adormece la cordura y vuelvo sobre mis ideas
antecediendo la formación del destino menos alentador.
Encuadradas dudas en su formulación podrían
comer mi ansiedad, cuervos azules, tan de golpe
que mis manos se resquebrajan contra esta hoja en su expiación.
Y me callo, cierro mis pareceres, añorando ser los otros que jamás
entendí por el simple hecho de mantenerme seguro en mi charca,
encendida de anhelos lejanos y asestados de renuncias necesarias.
Cómo me he acostumbrado a nombrarme con la mayor impiedad,
a hacer de mi intimidad una vitrina para mostrarme
solamente cubierto por espinas, es suficiente, no resisto
tundir mis propósitos ante la multitud expectante,
grita como el acero la pátina extendida en su mordaz espaciamiento.
¿Pueden decirme las gladiolas con sus bocas de batracio
pintarrajeado en qué momento se hace propicio el adiós?