miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vid VI

Estan sucediendo muchas cosas que luego contaré, por ahora estoy muda. Te quiero.



Cambié un segundo por viento
fue al ocaso barca, fue bajo la luna llena romántica canción,
al día siguiente ya era capaz de reflejar
cuanta apariencia inclinábase ante él con exactitud.
La duda tuvo ocho patas, porque así reptaba
mucho antes incluso de ser advertida,
hubo tejido una telaraña promiscua.
Mírame amada, soy un cadáver bajo el arco iris
un árbol esta enraizado a mi osamenta
encontrarás entre su copa un fruto
síntesis de los tiempos y un siglo de agua.
Tú, coqueta estrella encarnada en canto
haces madurar la fruta, florecer los campos
bajo el cielo de un sonido celestial.
Al encuentro acudió el avistamiento
el destino escrito puntual en el admisible presente
bifurcó una eucaris cubriéndola con ternura perfumada
Toca mi pecho y cambiará el color del horizonte,
toca mi mano y saldrá, muy amarillo, el sol,
trinos tupidos caerán sobre tus manos
mientras las madreselvas tiemblan con levedad.
Bajo esta luna llena, no necesitamos la Torre Eiffel,
no necesitamos una góndola de oro, ni los canales venecianos.
Las estrellas hablan con tu boca acerca de un encanto,
mientras leo en tus ojos mi vida entera.

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