miércoles, 6 de abril de 2011

Un árbol de cuatro patas

Tiene en la cola una plantita, su hocico se alarga musaraño: una aceituna lo lleva. Su pata derecha es un discobolo, su región porcelanada no rechaza la brillantez superfical sobre sus ancas. Corre por los muros su caracter, alto, bajo el cielo raso, la más alegre sombra. Como exprimidos por su bajura, las objetos la hacen piruetear, nitideces que suben y bajan, al eje de su testa volteada. O los gordos tulipanes, el ojo del amo localiza. hay olores que emergen como tiburones, los residuos lame, trayectos olfativos, iluminando la oscuridad como un bulevard surtido en ultramarinos. sueña con perseguir en la luna algun gato pelliscoso, Es borde, baston malsonante y atolondrada, glotona, su lengua cultiva percebes gomosos.

Sujeto

Su boca lo escupe desnudo, es acelgas, ha crecido en los cascarones rotos y los vinilos. Su cabeza es una negra. tiene una gorra en forma de cara alargada, pantimedias lo hacen navegar, náutica de origami, un brazo nocturno, antideúrico, su flotador costilleo, la tibia iluminación, el aire a colapez, su ojo plano bajó por la rodilla a la gasolinera de jardinería. los empuertados labios tampoco tienen guión, si el smoge envenena la narración, comezarían los viajeros aereos a sujetar un cubo. la huella con dos hojitas, La extrañeza lo elige ahora.

Celeridad

Un gato en el mingitorio sabe a sal de sangre verdosa, espumas de vidrio jabonoso, la avenida a los paseos diarios de los excéntricos y cartonados hombrecillos, salame espeso, el comilleo del tránsito, mis diéresis elevadizas, salgo a flote en torbellinos, respaldo veraniego, los acuosos, oclusivos, buceos los hace la porcelana obscena, bajo carne de reses ásperas y entalladas. Tengo una lengua camaléonica cuando se habla de locaciones, me areloja el impedir, de pie turbulento y reporte climático, ¿cuántas son las noches, una, dos, dosmil, tractóricas, color guerra, que mi añorada costumbre a falsificado la piedad? sìntomas y temperaturas marcianas, el radiotrasmisor de una batalla doméstica. Trago con mi sombra objetivos alineados, dispares, todos, el trasluz asombroso de un apéndice, a pié de pàginas errabundas, desperdigadas.