viernes, 5 de junio de 2009

Milagro exhaustivo





I

Observa como despierta
la incoherencia de la forma
hasta constituir una efigie, significativa,
cosmogónica, como fluye
a lo ancho del caudal de la conciencia.

tan nítida y casualmente...

Algo ahí nos exige estirar los
brazos,
como los enebros aventados de Abril,
simulando cintas,
hacia la claridad abierta como
un océano interior,
ignorado y recóndito
cual contacto límpido, primigenio contacto.

Agrandada el alma y apresado
el milagro
la respiración sentida
bajo los músculos y la osamenta.

Estoy aquí, una y otra vez,
despertando:
gloria de complicación electromagnética,
presto a enteder la magnificencia cósmica.
Pero mis palabras no llaman al cielo
con albura de palomas,
porque cuando, lágrima de amor,
la entrega cae al vientre femenil,
deja volteada el alma en dos pétalos.

La justificación a nuestras acciones
podría tachar las huellas de luna llena
si caminamos al borde derecho
volviendo el izquierdo derecho también.
limpiando las cavidades azules
que absorven el cobalto del tiesto de las memorias,
dando cara a las formalidades.

sin parpadeos complacientes...

...con dorada empuñadura

nosotros,
ceñidos al rayo de luz


respirando...



II

Al comparecer ante mis culpas desfiguradas
deco tener tantas gradas como un yelmo
pero, al ver sus ojos oscurecerse
donde antes vi reflejada la vida,
tomo el istmo de retorno a lo incondicional.
Trasudando por encajarme en su llamado,
aún con la aguja doblada
y consumido... lo suficiente para ovillar
mi triste alma en un rinconzuelo de la angustia.


III

Oye despierta, despiértate!

¿Que no ves que mis pensamientos
buscan agua para sus pies ardidos?
no ves acaso la circularidad que en tu
pantalla vuelca estridencias catódicas?

En su rigidez no podrías bailar; pequeña giroflé,
sin antes ofrecer el whisky de tu saliva,
el trozo de mármol de tu boca a los rencores.

Toma mis manos, podrás saborear
conmigo el apagón
y encontrar en mis ojos excavados
por estratos parduzcos, la vía
al espacio intemporal

Ahí, entre otros milagros, el perdón existe.