lunes, 26 de julio de 2010

Acerca de las virtudes

Querido epistolario, hoy estuve releyendo la carta de Epicuro a Meneceo, pensaba en la redención del espíritu humano con relación a la virtud.
Recordé que había leído hace mucho acerca de la ataraxia, e intentaba comparar mis conclusiones por parecerme sencillas. Ahora puedo verlo con claridad, aquel que llena su alma con virtudes obtendrá sabiduría, no importa qué calamidades lo importunen siempre ha de hallar su redención, más el que llena su alma con perversiones siempre ha de sufrir a causa de su conciencia su propio infierno interior. A veces siento ua presencia extraña que todos podríamos sentir y es solamente la idea de una presencia insospechada capaz de trasmitir absoluta tranquilidad, me hace pensar en una nueva manera de activar mi energía interna, y eso es lo que estoy haciendo, activando mi energía de una manera distinta, sé que las afirmaciones que escribo corresponden a decires populares o sincretismo Nueva Era, yo solamente me baso en el fruto de una continuidad experiencial en la mónada espíritu, y este concepto de continuidad experiencial es el que escapó a mi anterior formulación acerca de la posibilidad, diciendo en su lugar oportunidad, continuidad experiencial se aproxima más al concepto de cadena reactiva. Para explicar las formas que podría activar mi energía interior, sospecho que podría valerme de una gama de temperamentos, como los hipocráticos, claro esta que hay que prever de que manera sería conveniente y consecuente para mi desarrollo espiritual, es aquí donde una y otra afirmación encuentran un puente. Para activar mi energía apuntando hacia la redención debo hacerlo mediante las virtudes. Inentaré ser más explicativo en lo consiguiente. Aún debo esclarecer los puntos más profundos. Voy a caminar un rato camino a casa cuando salga del salón, caminar me hace bastante bien, de pronto me detengo en una idea fija y la voy desarrollando por toda la calle siguiente, estoy un poco agripado, hoy tomé analgésico por la tarde, luego estuve arropado, no debí haberme bañado, ahora experimento una leve debilidad. En cuanto esté bien saldré a correr.