martes, 4 de diciembre de 2012

Lunes

Lunes, me siento dentro de una bolsa, como cadáver en la morgue. Una autopsia a mis pensamientos revelaría formas obscenas, hirvientes, caleidoscópicas: una continua domesticación del feroz inconsciente. Estoy atrapado en el videojuego de la corriente alterna, cuyas capas de la fantasía son cercenadas por la muerte. Así es el juego de niveles antigravitatorios, mi amigo imaginario es un rapero que tiene un Cadillac, los hombres boca-de-excusado nos persiguen, tienen moscas alrededor, han devorado viva a la fantasía.