sábado, 31 de octubre de 2009

Los extraviados

Rimas de rigor.

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Ellos deambulan retraídos e inquietos desde que la tarde cae
pues la noche llega con la insoportable ansiedad que los atrae
y los empuja a las calles casi sonámbulos y muy decaídos
a recorrer el pavimento buscando algún traficante conocido
por aquellos callejones venéreos que se prestan a tales negocios
busca a uno u oto sin hallarlos, ni tampoco a sus socios
que con éstos andan y son buenos informantes de dónde
hallar carne cuando los otros ya o tienen nada o se esconden
de la policía que los viene siguiendo con instigación frecuente.
Así que no encuentran a nada que calme su sed impaciente
y esperan en alguna esquina con su semblante extraviado
donde no se reconoce el alma por más que lo haya habitado
por lógica natural, sólo parecen un manojo de piezas dispares
como si sus músculos y huesos olvidaran las familiares
sincronizaciones de sinergia necesaria moviéndolo en confusión
a la espera de la sustancia que sus médulas reclaman con pasión
dolorosa y un desagrado por cuanto los rodea en el instante
para revivir de su carne dura que ya no acoge la vida circundante
si no es de esta manera esclavizada, esclavizada a las noches,
y que los obliga a siempre permanecer entre dolores y reproches
por hallarse lejos de la libertad que ha mucho han perdido
a causa de la poca voluntad con la que cuentan y el gemido
de sus almas descontentas y vacías, insensible a la consecuencia
que trae consigo aquella vida frustrada llena de dolencias.
La gente que vive en los alrededores los observa con desagrado
sin entenderlos, esperando se larguen por donde han llegado
y en ocasiones largándolos con amenazas públicas y groserías,
a pesa de eso regresan sin prestar atención a las habladurías,
sin prestar atención siquiera a su vida triste y desaliñada
solamente esperando continuar con sus fantasías inhaladas.
Ya las paranoias que mordían su juicio se han detenido
no hay nada en ellos, ni una pizca de conciencia en sus oídos
que les comunique acerca de lo que sucede alrededor suyo,
un viento molesto congela su venas y vísceras cual murmullo
susurrado desde la misma muerte inercial que los sume
en la búsqueda impostergable ya de cualquier cosa que se fume
inhale o inyecte, cualquier cosa que detenga la ansiedad
temblorosa que no deja pensar más que en la necesidad,
incontrolable necesidad. Aprietan sus monedas en la mano,
impacientes, dan una vuelta alrededor del perímetro cercano
y vuelven más friolentos. Hasta que la vista advierte con delicadeza
un traficante que al fin llega, la vida vuelve, la noche empieza.

viernes, 30 de octubre de 2009

Insospechadamente








En sus palabras podía ver su rostro cuajado de dudas, su cabello color de la noche que lo alborotaba con un viento tierno e indiferente, ya no tenían objeto las inquietudes o las opiniones que a pesar de ser vanas le sobraban a mi pensamiento: nos habíamos perdido y me afectaba a pesar de haberlo esperado hace mucho como motor de mi próximo destino, siendo fácilmente predecible, desde las últimas ocasiones de vernos juntos evadíamos cuestionamientos necesarios que obstaculizaban nuestra confidencia. Entonces si uno espera la llegada del final, por qué me pregunto, por qué sentirse acabado por completo, acaso en el tránsito subconsciente de las decisiones que uno pone en práctica no se prevén las aflicciones espontáneas surgidas en la realización, tal como si uno fuera un pequeño mundo envuelto en su incomprensible clima, un dios desempleado sentado en ruinas. Maldita sensibilidad mía que me hace cervatillo por el bosque de confusiones presto a encontrar cualquier dosel alrededor de mi cuello que me atrape, para volver nuevamente a casa entristecido cuando hayan cesado los estragos que me cause su despedida sobre los estragos que ya me ha causado y saber que es la punta de un iceberg derretido a golpe de botellas sabatinas, no podía más que empuñar mis decisiones tejidas durante noches sin sueño en la oscuridad, mas volvían las ganas, de rogarle, de pedirle que me perdonara como lo había hecho en otras ocasiones, acaso, o temiendo, siempre temiendo un segundo brote de consecuencia que me haga vulnerable, quería rogarle como un abandonado que no tuviera más en la vida, ninguna preocupación que no fuera estar a su lado, y mi orgullo me hacía rabiar con autoreproches por la poca voluntad con la que contaba. Era cierto, había intentado una y otra vez ser feliz con ella y yo era como esos niños de Picasso que carecen de ojos, no aprendía o si lo hacía me dejaba llevar por la verdad del sentimiento. Estaba herido, estremecido, de por sí los músculos de mi rostro parecían requerir de una dominio mayor que normalmente, lloré, lloré y nunca lloro por cosas tan vanas, lloré por toda la calle mientras salía, apretaba los ojos y los labios, gruesas lágrimas brotaban por mis ojos con el mayor descaro ante la vista y paciencia de los transeúntes que eludía a paso ligero, después de todo era necesario, ella tenía otro, fue el cruel desenlace que eligió el destino para terminar con lo nuestro. Que imbécil había sido desde el principio, debí ser precavido, ser el menos herido es importante, lo es en momentos como este en que hasta el viento puede hacerte tropezar y te sientes burlado por la vida que Dios ha dejado caer dentro de ti, las lágrimas brotan con una facilidad excepcional sacudiendo mareas con oscuros sentimientos sordos y para siempre enterrados con una última lástima hacia lo que uno ha amado. Miles de niñas con su rostro marchaban hacia mi carcajeándose, un zoológico de confusiones gritando en voces dispares. Definitivamente había sido traicionado, no importaba con qué arrepentimiento lo tomase ella, la imaginaba riendo de la forma más presumida con su nuevo amante, la venganza dejaba un sabor metálico por mis labios, para que engañarme más, lo más seguro es que echaría la responsabilidad sobre mi con toda inseguridad. Soy un idiota, uno que siempre encuentra chicas que en vez de darle tranquilidad le traen más problemas de los que sostiene sobre su cabezota ya bastante pesada.
Cuan pocos momentos son memorables al final, su cabeza sobre mi pecho desnudo, sus dedos rozando tiernamente entre mis dedos y ahora esta terrible desazón de saber que no volverá a ser mía, después de haberlo sido completamente muchas noches.

Semana

Bien, ha sido una semana entretenida, he estado saliendo por las tardes y no he escrito mucho, hoy salí por la tarde, fué un día hermoso, ya estaré escribiendo más, ojalá mañana sea un día agradable como hasta hoy.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Cuando no hay qué decir y se dice algo

Si alguna vez fuiste para mí fue un tiempo demasiado corto, el enfrentamiento entre la suerte y la realización, una partícula de indecisión suficientemente advertible para cobrar fuerza inerte en el universo del avistamiento. Ahora le perteneces a él lo mismo que a los vientos y los demás elementos que acarician tu plenitud, agua, tierra, fuego, aire, el sonido del florecimiento que sube por tus muslos. No me perteneces aunque prefería lo contrario, no me perteneces y es bastante, aunque no lo sospeches, porque hay inquietudes que se pudren tras puertas oscuras mientras el dintel de luz deslumbra al pélago de tus ojos, lejanos.

Día

soltandome un poco


Un fantasma que abre y cierra las puertas, viste y calza, camina por la casa y busca pedazos de su ser por cada uno de sus pasos, Queriendo verse reflejado en la atención que le diga quién es, cómo se llama y qué se supone que debe hacer escribiendo en una hoja donde casualmente escribió que te ama tiempo atrás con deseos insoportables y ahora se deja caer para encontrar La substancia con la cual soportar el deseo que lo consume inevitablemente al igual que la más susceptible brizna hecha favila al beso incandescente. Encuentra mensajes en palabras tiernas mientras piensa y escribe al viento de la inspiración sus palabras disueltas en charcos muy plateados que parecen rayos x parpadeando, Extasiados, a su antojo, dominados por increíbles fulgores. Mas la mesa que sostiene mis codos es protagonista de esta rutina insospechada que entre estos muros ven volar los días con sus volátiles acciones conformando un canal predecible: el hombre resumido al espacio, un problema demasiado abstracto que envuelve mi vida y a veces la estruja. Trozos insostenibles de dolor, abandonen mi alma con el espantoso sonido que arrancan en lloviznas recalcitrantes y vuelen lejos, tras los deslumbrantes cuerpos nocturnos, hacia baldíos campos oro viejo.

martes, 27 de octubre de 2009

Inmolación

El apuro que ronda por las calles hace desaparecer a los transeuntes en un flujo continuo que se extingue al ritmo de sus pasos regados por la calle. La luz que registra su actividad por callejones venéreos y paradas es la misma que calca sus sombras, exageradas por los relumbrones de los autos. Siento sus existencias arder en conjunto, tan potentes como la luz que alumbra la ciudad entera. Cada uno ardiendo, sin importar lo que se esté ejecutando, en cada rincon, en cada cuerpo, ardiendo; quizás existir sea más rápido que pensar, algo automático que te esculpe con una velocidad sorprendente, mientras estas atrapado en el ajetro más maquinal e indudablemente aturdido, gastando nuestras vidas otro día de la mortal eternidad.
Las ideas en sus cabezas describen figuras extrañas enmarañadas en un mismo cuerpo psiquico que dirige sus inquietudes por decir en llegar a casa y encontrar la cena y algún programa nocturno o arreglar los deberes pendientes para el día siguiente, ni más ni menos, recuperar la energía gastada y continuar cruzando el karsati con la mayor dedicación posible. Yo los veo, esperanzados sobre mis pupilas, ejercen en mi una tensión especial, es como si ellos creyeran en lo que puedo decir, a pesar de ser insignificante.
Por qué, por qué se han inmiscuido en la vida de este sujeto anónimo, no puedo ser perfecto para ustedes, no entienden las cosas que me traigo y que me tienen cansado. Han malinterpretado mis intenciones desde el principio y se dejan llevar por sus prejuicios para llegar a la misma conclusión que hace mucho advertí en ustedes, he intentado por todos mis medios ser sincero con mis ideales, incluso me he inmolado para evitar la vergüenza ajena, sin embargo me reclaman algo que no depende de mí y yo no sé si voy a poder complacerlo. Saben qué, no hay ningún trato, nunca he necesitado de ustedes, es tarde para hacer de mí un dechado de virtudes, ¿quieren acaso estandarizanme? No acepto, no represento ningún sector, soy como soy, apenas, y eso basta, ustedes se llenarán la boca con inquietudes, tripularán el mismo planeta de demandas contra mi, pero, despierten, eso no tiene verdadera validez fuera de la neurosis. Sólo cuento conmigo mismo, ¿acaso sería consecuente creen que alguien es bueno por sólo una acción bondadosa, no sería igual que creer que alguien es malo por cometer un acto deshonesto? tenrán ocasión acaso de comprobarlo, como hoy comprueban sus desaveniencias contra mi, arrojando sus humanas cóleras que seran cera cuando el tiempo halla hecho se labor.
Mas veo a tipos que creen que soy fantástico y sabio de alguna manera, y me siento exactamente como Zarathustra, qué debo hacer, me entenderán si no obtienen lo que esperan de mi, o será un error mayor. Haré lo posible.

Sartre

Yo quería escribir un poema que empiece con un silogismo, algo como:
cuando el día decae la astenia se asienta, y vuelven las ganas de movilizarse sobre el horizonte donde se diluyen briznas de nostalgia. Pero me pareció algo predecible, así que decidí no escribir nada, dejar la poesía latente.
Hay un punto en el que descubres que todo en la vida no es escribir así que sales a la calle con alguna excusa que deberías creer pero en cambio no pones el suficiente peso sobre la idealidad que te mueve, caminas prestando atención a todos los pormenores, sospechando el potencial desborde de materia que se esconde tras la virtualidad, un poco triste, quizás te sientas en el sardinel de alguna vereda esperando que algún pensamiento cruce la calle y se siente a tu lado, pero no encuentras ninguna idea que justifique tu desolación, sólo masas compactas de obstinación y torpeza apelmazadas en tu cerebro. Un mal día no significa nada, porque la luz ha llenado todo el horizonte con el deslumbramiento más encantador, entonces es imposible dejar de perseguir la luz y de pronto estas obteniendo más de lo que soñabas, un mal día, una mala semana no significa nada, sino ser sincero con tus sueños, mañana será un mejor día.

viernes, 23 de octubre de 2009

Sábado

Se vienen mejores tiempos, lo presiento, las cosas estan cambiando, la situación se arregla :D
Hoy voy a celebrar por eso.
No estoy seguro de ser el poeta que necesita la gente, trato de ser lo mejor posible, pero ahora estoy bajo el efecto de paliativos de nuevo, no sé, estoy volviendo a ser el chico frenético que era hace tres años y eso esta bien.

jueves, 22 de octubre de 2009

Amonestación

Subí un nuevo poema de mi amor en CAFEÍNA Y ALQUITRÁN, léanlo y opinen. :P

sin título

No era lo que estaba preparando, pero lo escribí esta tarde ;)



La tarde que día a día falsea de la misma forma
el reposo oportuno, fruto del consentimiento, como
una bocanada sorda y estática al lado del descanso
que interrumpe las recámaras con su cuerpo opaco
empañando el entusiasmo, sin ningún mandato,
desabotona fechas que a éstas alturas empiezan a
declinar el barco de las expectativas anuales.
Los suicidios aumentan en primavera; haber soportado
el brutal invierno no significa nada ante el montículo de
cuentas que bajo los dedos deja una crisis imprevista,
los estados nadan inútilmente por salvarse de la recesión,
las predicciones económicas beneficiosas fallaron una
vez más al igual que las deportivas, al menos la histeria
colectiva ante la supuesta última pandemia no pasó de
una paranoia alimentada por la especulación mediática con
ágiles rotativas, siempre dispuestas a paralizar a las masas
con pormenores catastróficos esperando hacer de
una notica consistente el aperitivo de los próximos meses.
Es casi un signo familiar esta ola de suicidios que vemos
en las primeras planas de los puestos de periódicos,
mentón en mano, sintiendo vértigo por los ahorcados pero
con total insensibilidad por la desgracia ajena, pues al no
poder ayudar la insensibilidad florece sobre la roca de la
poca lástima con la que se halla contado inicialmente
¿Cuánto más tardará en llegar la primavera? oigo una
plegaria que se levanta desde los lívidos hierbajos
envueltos en auras borrosas, el rumor de las piedras que
sospechan la próxima llegada de un deslumbramiento
eucarístico. Muy a lo lejos, el sonido del florecimiento
avanza con su ola nacarada alcanzando mil planetas con
un atuendo florido, mientras en este bullicio persisten
residuos pegosteados que dejara el invierno desolador.
Las paredes contienen una ansiedad asténica, todo rumor
parece llegar de un mundo distante que apenas roza la
cúpula de lo posible, más se halla muy lejos de lo
adecuado, como apenas chisporroteos alegóricos
arrastrados por un viento inmenso.
Empiezo a decir las palabras obstinadas que suelo decir
por falta de mayores razones que perturben el afán de paz
que deseo tener en marcha, sin importar qué soluciones se
desprecien o las expectativas que se tengan sobre los
hechos finales adscritos de manera que ocurren fuera de
nuestras inquietudes y se arrastran por las agrias páginas
que mis palabras hielan, prescindiendo de una mayor
lucidez o moral debido al sentimiento que inunda con
violencia mi espíritu, con los huesos saboreando la gris
cotidianidad diluida en un lago de alquitrán.

domingo, 18 de octubre de 2009

Se viene

Unos estamos poseídos por demonios lujuriosos otros ya no, eso es lo que deja el fin de semana. Estoy preparando algo nuevo, pero aún no adelanto nada, vamos a ver como evoluciona, les adelanto que es buena mierda.

lunes, 5 de octubre de 2009

Aire prestado

Quizás ya habran notado que soy muy versatil. Tengo el presentimiento que desean que escriba naif, yo también creo que es lo apropiado huír de la estética, encontrar esa libertad de volar fuera de la estética. hace un tiempo escribí un poema que fue el precursor del poema que sigue, decía: " mi cabeza en tu roca se ha vuelto manivela de inseguridades" es el concepto que usé para escribir el siguiente poema, reforzando las relaciones semánticas, pero con total libertad, pienso que nunca se ha escrito nada semejante, quizás el lenguaje se rebaje y gire sobre una trama demasiado fija, problema recurrente en todos los poetas contemporáneos, pero vamos a ver si les gusta.

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Cada grano de urgencia puede ser contraproducente a
quemarropa haciéndonos tropezar cuando pretendemos
sacar al patio los inconvenientes en esa pila desordenada
compuesta por fotografías, recortes, trozos de objetos
con valor sentimental, pila que temblequea entre los
brazos obstinados y que al caer sumerge nuestra cabeza
en el excusado de todas las dudas permanentes que tiran
de un lado y otro nuestra razón, razón suficiente para
abordar el primer impulso que nos conduzca fuera de tal
bullicio atronador, hacia un efímero e inmediato intento
de calma. Oh dulce clama, poca y tan lejana su honestidad
de nuestro actual chasco; volver a ese zapato roto de
permanencia y ver de nuevo al sol como el carismático
dueño de lavandería, sometiendo nuestras almas
a intensos ciclos de lavado, en guerra contra nuestras
blasonicas manchas y nosotros pensando: qué
problema hay con nuestras manchas, ¿es que no podemos
conservar alguna? Oh ascensión, este trago de sobriedad
va por tí.

Trip

ya terminé mi relato, esta en mi blog de prosa, pueden leerlo si desean, aunque presiento que hay quienes pasan por aquí y son menores, ellos no deben leerlo, pueden ser sugestionables.

domingo, 4 de octubre de 2009

Canción de madrugada

maldita telepatía
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No sé qué va a ser de mi vida cuando salgas de ella
completamente,
ahora que estas más lejos que nunca,

nada puedo hacer para retenerte,
nada puedo darte,
te lo he dado todo.

No sé que voy a hacer cuando te hayas ido completamente,
mi vida va a estar acabada.

Me gustaría saber cómo podemos reparar nuestro afecto,
hemos intentado ya bastante sin evitar hacernos daño.

Te odio pero no quiero que te vayas, no me dejes,
porque entonces voy a estar acabado.

Qué soy en tí, qué eres en mí,
te lo digo en seguida:

eres la dueña de esta espera,
eres a quien pertenece mi soledad.

Sabes que nuestro silencio esta lleno de intenciones
rotas, de las cosas que me urgen por decir
y que rondan mis noche melalcoholicas

Sabes que desde que te conosco no he intentado nada
con otras mujeres, en vano ha sido.

No debo mostrarme débil, no diré nunca más
que te necesito.

Me gustaría saber de qué manera podemos reparar
el daño que nos hemos causado

ya no puedo confiar en tí, como en nadie, no eres
quien creía serías para mí,

pero no te vayas por completo,
no lo hagas.

Clases de llanto

Bueno la idea de éste poema nació de que siempre pensé que los poetas peruanos vivían a la sombra de los heraldos negros de Vallejo, así que me obsesiona superarlo a pesar de ser un poema insuperable sobre dolor humano. Pero hice la prueba y ya ven, me falta poco.






El llanto de los niños es blanco y presto a desbordarse, como
el rocío que al breve zarandeo de la magnolia desliza
por el cáliz; cualquier nimiedad lo desata por los
espacios, despertando en los corazones el servicio, de saber
que un indefenso sufre por algún inconveniente,
pero este llanto diáfano como manantial antecede
las palabras que sirvan para satisfacer las pulsiones,
es el primer sistema de superviviencia cuando aún no
es posible aprehender los conceptos a través de un sistema
mejor elaborado, por lo tanto inocente de cuanto lo
envuelve aún después de los primeros pinitos continúa
siendo puro entre los campos lozanos y los campos de
fantasía.



El llanto de los adultos en cambio es escaso, proviene de
regiones frías a través de canales labrados sobre la roca
más dura por obra de las vivencias, es amargo y pesado
pues esta convencido de la inutilidad que su escandalo
representa frente a los hechos permanentes que lo desatan
después de mucho tiempo estar contenido y hiere a su
paso las entrañas con su sal de impotencia. Impotencia
que se trasmite a quien lo admire, pues cuando un humano ve
a un semejante llorar, sabe que su llanto es causado por
un motivo de verdad doloroso y muchas veces irreversible,
que nada puede hacer éste por aplacar su llanto por
conmovido que se halle ante tal menester más que ofrecerle
algunas palabras de aliento, esas que suelen decirse aún
sabiendo de su poca ayuda, cuando lo mejor es
dejarlo sacar de sus entrañas aquel fuego líquido
que corroe sus venas y ahoga su respiración.


Por eso cuando una madre oye llorar a su niño acude en seguida
para cuidarlo de este mal que ha de perseguirlo hasta la muerte.

jueves, 1 de octubre de 2009

Pequeño y pesado corazón

Quería escribir algo naif, empece con una estructura simple, quizás reminiscencia de Villon, el más estructuralista de los poetas que admiro, se siente ese desencanto, pero más meta,
me quedó muy vanguardista, osea no logré el cometido, pero me gusta.

hablando de eso, subí un nuevo poema a mi otro blog, puden leerlo y estoy trabajando en un relato sencillo para mi blog de prosa que tal vez lo tenga listo mañana. Saludos a ustedes.

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Los ojos vienen por pares como los pies compartiendo
entre sí la marcha, los brazos que lamentablemente no
poseen el mismo dominio sobre las acciones y las
orejas por si no escuchamos cuando sería preferible no
oír, gran error; mas el corazón, inclinado a lo
siniestro, es uno solamente.

Corazón mío, que bebes el océano de mi vida, dime,
has saboreado en mi sangre las calumnias del miedo
por regiones escarpadas o el manto edénico de los
cielos bajo la estampida de la distancia, resumiéndolo
todo en un profundo suspiro de ojos cerrados.

Sólo nos tenemos el uno al otro chapaleando esta
agonía pétrea, de nada sirve llamar el muro de estas
llamas oscuras que ferozmente alza hasta el cielo
la amargura, de nada valen las incógnitas que roban
largas horas al pensamiento.

Hijo, debes borrar de ti la sed que nos hace presa
facil frente a la acritud de las estaciones
y volar.