domingo, 23 de junio de 2013

Bribón II

Lo que deberías saber es que haría falta un entonarruidos 
para musicalizar tus desbarajustes, 
caes aparatosamente, ni siquiera los utileros de teatro 
sabrían como desviar de arriba a abajo el reflector, 
para que no enseñes el culo a las personas. 
Porque eres caótico, acusas tu propia y atolondrada inseguridad, 
eres un esperma ahogándose en un condón usado, 
y todos lo sabemos, no hace falta ser clarividente, 
estas sumergido de pies a cabeza en ese líquido apestoso 
que es tu sentido del humor. 
Eres tan cómico como una mosca con un casco de motociclista 
a quién por más que lo intenten no pueden aplastar, 
haciendo piruetas por el viento. 
Has pensado en vivir solo, comprar libros de ética, 
usar ropa planchada y limpia, 
en vez de pasarte la noche en la computadora 
masturbando ideas perturbadoras, 
hasta saciarte de placer y descontrol. 
No hace falta hablar de quien eres ni a quien buscas, 
tu mismo te conoces. 
Es como si nunca hubieras ido a la universidad a educarte, 
eres descortés y tu mente atrofiada por años 
de desequilibrios no genera la menor culpa, 
por eso quieres llevar tu actuación hasta las últimas consecuencias. 
Eres como el borracho que espía por la 
puerta de un prostíbulo, 
y eso no te hace en gran señor que crees ser, 
pero no te persigo, tus calaveradas no perturban mi paz interior, 
solamente quise escribirte este poema, 
como una dedicatoria a tanta bravuconearía.