martes, 29 de septiembre de 2009

Bop jardineril

Esta mañana se me ocurrió escribir este poema y todo salió de un tirón, el concepto viene más o menos de que los sonidos del jazz imitan inflexiones de voz humana así que si se escucha con atención se oyen como conversaciones, a partir de eso y esa dinámica que parece bullir como si tuviera vida propia pensé en insectos, lo siguiente fue proyectar la endopatía que era evidente y salió esto, quizás influenciado en caricaturas que usan mucho jazz, los poetas se influencian de artistas plasticos, pintores, las caricaturas me parecen artísticas tanto como el cómic que es considerado el noveno arte, en fin.





El rechinar mecánico que producen los caracoles
al avanzar me hace pensar en un jam alegórico
en el jardín.
dip ribum diri bop dodoboro bom dom dam
dibiri tram duru dam
el paso orondo de las gotas sobre la madreselva
inquieta al grillo que bajo una hoja duerme la mona
y este se queja violín en mano con una fuga de
quinta octava “ con todo este ruido en el
vecindario no podemos descansar quienes
trabajamos de amanecida, suficiente teníamos
con los sordos ronquidos del viejo coleóptero,
qué acaso no entienden que aquí vivimos todos”.
“qué sucede aquí” dice el ciempiés que con la queja
ha despertado” qué sucede aquí. Recién es
mediodía, ¿no ven los haces amarillos? terminen
de una vez con el griterío”. “son los abejorros que
turban la clama” “ahora mismo voy a ponerlos
en su sitio” y se pone uno a uno sus cien zapatos
refunfuñando “ya verán, ya verán” mientras bosteza.
El petirrojo a su vez despliega su potente voz,
uniéndose al alboroto a favor de la fiesta:
“ Ea, a despertar dormilones, que estamos celebrando
la primavera, los chicuelos corren, germinan
las semillas, escuchen como trompetean las flores
con sus timbres colorinos, traigan todos sus bongos
y escuchen mi canción peregrina que he aprendido
en otras tierras y que ha de bailarse en cada ecosistema
tanto aquí como en Sumatra”
La tortolita del granado muy animosa croa, mas
su ronca y monocorde voz no ofrece armonía alguna.
tan taran tan taran trap tun tun tun trap
una nidada de arañas percuten hexapodas
los caparazones a los gorgojos con una polirritmia
explosiva. En tanto el ciempiés ha trepado por sus
propios medios hasta el pequeño panal de los abejorros y
toc, toc, toc, llama exasperado preparado para gruñir
su reclamo, pero los abejorros hacen el amor sin
prestar atención al toquido que se repite sin cesar
hasta que harto de no recibir respuesta se desliza
por el xilófono del helecho arrancándole notas
e irascible regresa a su guarida mientras la música
se extingue y por fin al paz regresa, pero antes
de que se pueda cantar victoria empieza a llover.