Tu ineptitud se desecha, como un garabato arrugado en un papel,
nada de ti permanece, es como la leche que se corta y se espesa
haciendose agria, nada queda de tu paso por calles bohemias,
trayendo contigo el delirio y el deseo de llenarte la panza de bourbon,
de satisfacer tu deseo carnal en un seno frecuentado,
Vuelves como una bestia mitológica, de poca
virtud y mucha humanidad, porque eres obstinado como un animal ciego,
como un topo que caga bajo tierra, en donde duerme,
con miedo a la luz del día.
Nunca cambiarás, ni a los cuarenta años que te persiguen
y te señalan en medio de la multitud como un cretino,
eres la voz en las cabezas de los atormentados,
el que ha tatuado sus nombres en los registros penitenciarios.
Eres quien abastece a los yonquis, a los solitarios, le das vinagre
a los melancólicos, envenenas a los niños,
escupes en el vino del poeta, en la copa del rey
has echado arsénico, bufón, salva, zoquete.
Y te quedas hasta la madrugada, a las cuatro de la mañana despiertas, sórdido,
como un tren cósmico que ha entrado por las ventanas,
anudándose, como si no existiera ley fija para tu vida,
la naturaleza se rige por realidades, el estado por leyes,
pero tu que eres una bestia libre sólo llegas llevado por tu locura,
como un enemigo de las antiguas comarcas,
o ladrón o mercenario, pones la cabeza en la guillotina,
y lanzas un alarido en el viento, que el verdugo desdeña
Lloras un llanto enhollinado en las baldosas de un baño público,
te estriñes de razón cuando necesitas una respuesta,
cantas como un cómico ambulante en una redondela de gente,
mendigas a las afueras de tu inconsciencia un poco de virtud
Sueñas con el encanto de quienes conservan la decencia
Envidias el arte del prodigioso, del artista dócil.
haces de tu vida ciencia infernal, bocadillo de un buffet demoniaco.
Entras en los cines ensangrentado caracterizado de villano,
y disparas a cuanto encuentres a tu paso,
con tu jerga bélica, con tu aura de mal agüero
El contenido de tus pensamientos revela la incoherencia
que intoxica tu inconsciente haciéndote chapalear en la ociosidad
en el desganado letargo manchado de semen y con la mente vacía.
Mareado aún por la hierba y el tabaco, como un bribón derrotado
Sin palabras, producto fallido de la educación y de la sociedad,
encerrado para siempre en tu disparate, el infierno que te estigmatiza.
Sentirse como el último gen artificial
incubado en un útero cibernético;
el indescifrable código genético
de una entidad bio-robótica peculiar,
con la juventud escurriendose
como el aceite en la freidora de un hamburguesero
en el caos de años y situaciones sentimentales
la impronta que dejaron amores repentinos
pesa sobre nuestra autoestima
deseos inconfesables que nadan en nuestro
feroz inconsciente, encarcelados
tras las rejas de la gris cordura
-experta en aparentar bienestar-
La impronta de aquella mujer
que se llevó al sol entre sus cabellos
y me hizo caminar desnudo a través
de las estaciones como un loco,
como profeta de la basura y el caos,
Un golpazo en el ventrículo izquierdo
de mi estúpido ego de superhéroe
venido a menos.
Mientras cleptomanos y arranchadores de bolsos
me rodean señalandome
o quizas sea la carnasa de una
frustración canina que me
mordisquea, embabeciendome
y enterrandome por completo.
Como un artefacto malogrado de
manufactura biologica
voy arrojando tuercas a mi paso
en un completo desperfecto
cuando el estro irrumpe en mi habitación
abriendo puertas y ventanas
Como un dios que despierta de su sueño
la materia se hace vulnerable al estremecimiento
Toneladas de creatividad se condensan
en unos versos que han de ser leídos mañana
queda de ellos la fascinación del proceso creativo
y la apoteosis de lo sensible.
Ser un psiquico en una gran ciudad
es lo mismo que ser un desempleado
empedernido, rozar los treinta
buscando el reconocimiento en vida.
Vivir la estetica todos los días
estrujarla por un poco de zeitgeist.