Para regalarte la eternidad.
Le pedí al sol, despiértala con tu sonrisa en el alba clara
suavemente a su clara alma una alegría profunda.
le pedí al ruiseñor al gorrión y al zorzal, vayan hasta su
ventana y cántenle una serenata,
le pedí al viento, envuélvela en el céfiro aquel
como entre los juncos llevándole la caricia de mi alma.
Huele a pecado entre pétalos color pasión,
el sonido amoroso de un dulce tacto.
voy a hacerte una constelación sobre tu vientre
con suaves besos, mientras cazo tus senos tibios.
Pájaro gigante o nota musical,
nuestros corazones harán un eclipse perfecto
iluminando a la vida a su manera encendida.
La orquesta desde el cielo tocará
tenor de nuestra cita, las estrellas harán soprano.
Tú y yo presenciándonos mediante una señal armoniosa.
el alma del mundo es la vida, su aura
envolvente nos conectó; la música de
las esferas celestes se depositó, humilde,
en un pequeño círculo trazado por un compas virtuoso
para mostrarnos el infinito hecho sentir.
Le pregunté sin brazos a la mar si
abrazarte media eternidad cobrará la apariencia
en su mediada profunda.
Le pregunté sin cabeza a los cielos
por un lugar donde hacer nuestro romántico nidito.
Sobre mi sentir calca su forma la fantasía,
a las horas les cuelga una curiosidad coqueta.
Cuando te caiga la noche y veas una estrella seductora,
no lo dudes, ella refleja mi promesa despierta.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
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