El sábado pasado Mario me llevó a un fanzine y me agradó, todos famas y yo cronopio, quedamos en que debía escribir un poema sobre renacer, y pensé que debía escribir algo breve, solamente salió esto. La idea origial era mucho más anecdótica y aleatoria: Existen momentos más grandes que otros, lo descubres cuando ves a una mujer vintage bajo un semáforo un sábado por la noche y el rojo de pronto parece durar una eternidad. Así era la idea original, pero poco a poco se fue definiendo como un cuadro psicológico.
Existen minutos más grandes que otros, como si hallaran
profundidad en su exaltación, al llevar nuestras
acciones por desconocidas desembocaduras;
conductas que de ninguna manera se tienen bajo control,
solamente existen en nuestras vagas inquietudes,
pero tímidas y poco detalladas.
Hasta que vuelven y tu vuelves a enfrentarte a tus miedos,
para lograr una anotación biológica hacia la entelequia,
con la seguridad puesta sobe todo desánimo.
Perfilado hacia el horizonte disuelto, sueñas con
distancias al atardecer, desenvolviendo íntimas disposiciones.
sábado, 6 de marzo de 2010
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