viernes, 6 de noviembre de 2009
Musa
Amor la sigue por donde ella se dirige trenzándole flores a su cabellera de doncella
Pues ella me ha sonreído, hija de los locos amores de un mundo ya viejo
No le pertenece sino a su recato, que es de ventana y catedral, esa alma gatuna que la lleva con pasos de
fantasma entre los jardines preferidos
Es ideal, su belleza armoniza fácilmente el mundo diario que nos encarcela
es necesaria en este paisaje de casas monótonas y hombres que no han llorado.
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