La substancia de unas notas calientes
cae como melaza sensorial, estirándose
y conglomerándose, hacia el panal perceptivo
donde suena filosamente como la plata,
que se cuaja en una tintura de ozono ultrafresca,
haciendo que nubes veloces
atraviesen las venas a cien kilómetros por hora,
pájaro recortado del ruido, hecho
con velocidad y vértigo
la consistencia rebalsante abandona
su envoltura inerte y se cuela
por el drenaje, llevándose el corazón infartado.
viernes, 13 de julio de 2012
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