jueves, 13 de septiembre de 2012

Tiempo en terra


Arena aherrojada
Dentro de un pires
En contados minutos
como la ley de gravedad
que embriaga la mirada
Recalentada del trabajo
En un pueblo de
vida ardiente,
Vida ardiente
Que hormiguea
En nuestras venas
de los pobres niños
Del ozono natural
Bajo nuestro cuidado
Una montaña de sombra
Reviste el cielo de oscuridad
ha brotado
desde las
cloacas del monasterio
es la salvacion
del absurdo
la materia rígida
del canalla
La vindicación de Herodes
de las mareas de las olas
es un espiral terrible
colándose por la mirada de los astros
que arrasa todo a su paso, como 
un gran diluvio
De garras, dientes y polvora
que ruge y devora
En el aliento rojo
de una música lenta
y vuelve 
los átomos
Nada
O
Un ritmo fluido,
que transcurre
y jamas retrocede
y consume la realidad.

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