domingo, 29 de junio de 2008
Aforismo primero
El lunes se enjuga el rostro soñoliento, observo a los tipos del bus, embebidos en pensamientos aletargados. algunos aprovechan el tiempo del viaje para dormir, no es corto el trayecto desde las ciudades dormitorio.
Sus pómulos son agudos, sus manos tuberculares, visten casacas oscuras, los viejos usan ternos de corte antiguo como los que ya no se ven. El caprichoso sol destella en el horizonte, como un enorme girasol ígneo, entre que se aclara el cielo y se asienta la lejanía cabe un leve titubeo aleatorio, qué inoportuno es venir abrigado, aunque el sol suele subri el ánimo colectivo. Los mismos pavimentos cada vez más grises, la ciudad empieza a marchar, y todos deben tomar su obligaciones. Las masas transportándose, hacen cosquillas al mapa de Lima Metropolitana. Restaurantes, mercados, bancos, oficina del estado; los semáforos o los mimos del tránsito, los periódicos calientes como pan fresco, humeantes desayunos al paso, las emisoras con rotativas comunicando las últimas noticias a las nueve con treinta y tres y las emisoras de vieja nueva ola. La ciudad debe abastecerse, sostenerse como un organismo viviente, sea de manera formal o informal, para eso cuentan los tentáculos institucionales del Estado.
Camino entre cerca de cinco mil desconocidos; gordos, tullidos, trajeados, malvestidos, viejos, escolares, contrabadistas, vendedores, relieve del mestizaje limeño. Paso delante de farmacias, librerías, tragamonedas, ópticas, locutorios y cabinas de internet, fotocopiadoras, escuelas de manejo, bodegas. El sol arrecia, estas horas solamente pueden traerme a la memoria a mis amigos, nuestras epopeyas urbanas cuando recorríamos la cuidad, el sol noqueante reverberándose sobre los lomos metálicos de los autos por flota continuas.
Con qué intensidad entonces latía el corazón, la sangre en diástole era la sangre generativa de los cuerpos celestes, entonces decía con seguridad que en alguna parte del mundo se gestaba una nueva identidad, soñaba que un huevo inmeso se rompía en el momento en que todas las personas del mundo se sentaban en sazen y rozaban el satori, en ese imperfectible éxtasis sucedía el nuevo peldaño evolutivo del espíritu humano que hasta hoy se ha disgregado buscando vertientes equívocas. Primero pensé en ruidosas manifestaciones, es la primera válvula de escape que busca mi generación para enarbolar proclamas radicales, limitados por un sistema ubicuo, para ser tomado por ruidosos perturbadores de la conciencia humana, sin tomar en cuenta un medio de expresión hace mucho reducido a la satisfacción recreativa de adolescentes manipulados por estereotipos reforzados, amarrados a un lenguaje desvirtuado que ya no toca la sensibilidad entumecida del discurso aprendido, es necesario recuperar la intensidad beatífica terrestre para destruir las apropiaciones dictamidas y legisladas por disqueras, editoriales, alcaldías, televisoras, en fi, cualquier medio de difusión y cualquier herramienta de manipulación.
Hemos pasado más de dos mil años sin conseguir la redención prometida, y tanta intuición invertida hay en su consecución como en la filosofía humana invertida en nuestros sistemas lineales delimitados, nuestras manifestacíones de rebeldía se agotan en vórtices horrísonos hacia el desequilibrio de las facultades mentales,
el hombre ha demostrado animalizarse siempre en los confines, pero no canaliza su rebeldía hacia donde resulta efectiva y constructiva, sino que aquellos genéticamente provistos del gen esquizoide son reclutados por movimientos subteráneos que terminan de restarles la seriedad necesaria.De nada sirve una colectividad torpe, aunque trazar utopías siempre resulta validero ¿dónde estarán ahora mis amigos, que les dedico este merecido homenaje?
cada cual carga con su propia existencia, tarde o temprano se agotan las energías y el movimiento de acercamiento a la sociedad se hace necesario al carecer de argumentos, ahogado histriónicamente enla degeneración de una causa, así se acaba finalmente por salir a buscar un empleo, practicarte un electroencefalograma o una lobotomía,
y mostrar vitalidad bajo paliativos.Si pudiera consagrar mi vida al ascetismo, como cuando niño leía la Biblia
compulsivamente, creyendo que el enorme ojo de Dios se fijaba sobre mis actos, no entendía que Dios no posee la omnisapiencia por observar a sus creaturas, sino por ver dentro de sí, porque de él ha nacido cuanto existe.
Pero mi vida eran libros, cavilaciones, y mucho vacío, nada, ningún lugar adonde ir primero, me sentaba ocioso en vacaciones a leer a las faldas del estío, me dirigía al patio, para sentir el aire, salía a caminar y a pensar, como siempre. pero nada, no entendía el afán, seguro había alguien, pero no en ese momento.
El tránsito de la pubescencia a la primera madurez resulta del todo necesaria, pero aún es necesario ver aún más
de la ventana pétrea. Pero el lunes es un buen día apra empezar.
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