domingo, 25 de enero de 2009

Qué pasado incorpóreo nos comparte

Qué pasado incorpóreo nos comparte alma.
Ojo frondoso, cuerpo de seda rosa,
abismo invertido donde los pájaros verdecen
donde se abrillantan las nubes.

Qué inundación frutal despierta al sol
ruborizado en tu vientre y lo hunde bajo tus hombros.
Lluvia recorriendo el oquedal con el aroma
de los estoraques, fresca, relente plenilunar.

El mar canta, canta en una concha marina,
la sangre vuelca cadáveres agrios
floreciendo abriles desde las cuencas.

¿Cómo es que nuestra luz se corresponde perfectamente
y desde cuando tu nombre habita mi boca
como la piedra roseta, como el ojo del yang?

Alma bella, nos parecemos tanto tanto
tienes mi libertad y mis arraigos,
mis caminos y mis sueños; cada uno,
incluso los que aún ignoraba hasta ahora

Razón tengo de quererte con gaviotas
eres la meta, la meca, puente de permanencia
globo terráqueo, diagrama de entelequia
eres incluso mejor que yo, siendo así de frágil.

El vuelo de las bocas, el orgullo del silencio
y las copas tambaleantes jamás conocieron
siquiera una pizca de tu noche astral

Cuando enciendes las estrellas con tu vanidad
Satchmo inunda de jazz el enésimo piso
" Yeah, stars shining bright above you..."
Estamos prontos a las nubes, al cenit.

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