Dos silencios cruzados
son un mismo
ojo impermeable
un cielo que esconde
su lluvia
la tempestad interna
de morir constantemente
para nadie más
es la mirada clavada en el techo
con las notas de Satie
golpear a ciegas
hasta que se vuelva
una costumbre
estar acompañado
y solo hasta el universo
rendirme cuentas a mi mismo
ante aquel que fuí
tener un sólo tema
para escribir
cada vez más viejo
tener mil cartas contenidas
en el ansia
tener miedo de estar
en lo correcto
domingo, 8 de febrero de 2009
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