domingo, 17 de octubre de 2010

Tal vez los momentos se marchitaron



Tal vez los momentos se marchitaron bajo los pétalos invernales,
tal vez los sentimientos perecieron sin conocer esa incongruencia recíproca.
¿Cuándo se asisten dos verdaderos amigos fraternizados, si el
continuo rechinar temporal hace caer en sus vértebras la
zarpa bestial, cortando el dolor en un grito horrísono?
solamente fuimos las orillas polares de nuestra especie, en nuestro
corazón resonaba, teléfonos celulares, reproductores,
sintetizados, transito embotellado. Y henos antes de…,
después de…, cavando sendas tumbas, bajo el suspenso
nocturno, cuatro colillas sobre nuestras promesas.
Un ser maldito, titán con alas prehistóricas, vino desde un mundo
de desengaño para destruir nuestra prosperidad e
incluso sus fragmentos, como una depredación necesaria,
ya consumada a fin de cuentas, ya dedicada a sus gracias bestiales
Todas las mesas terrestre, en pura lava ardiente, apaga
la mecha a tus materiales explosivos, vendrán en huellas profundas
los nuevos motivos, y, acariciando, con un viento secreto
tus cejas dulces, harán un nuevo despertar hacia las eternidades vivificantes.

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