domingo, 21 de diciembre de 2008
Ingenuidad II
Buscaste en mí un amigo ejemplar
y quien te ayude a buscar las estrellas
cuando tu cielo se torne nublado
Buscaste en mí un socorrista ideal
un delta maravilloso para las palomas del aplauso
que, llegado su plazo, debían partir.
Nunca me hubieras permitido
pronosticar el tiempo de tu corazón.
Yo sólo fui el gambito de tu juego;
tu soledad compartida,
tu conflicto endosado...
¿qué parte no entendí del guión?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario