Los humanos siempre buscamos justificarnos,
nos resulta difícil aceptar la inutilidad de la vida.
Muchacho con tus facultades encendidas,
vivir es una costumbre acaso ?,
no es una decisión, la decisión que nunca terminas de tomar?
porque después qué, quién lo puede asegurar.
Hoy no, aún no he escuchado todas las óperas
de Yves, Varèse ni Stockhausen,
aún no he leído todas las obras de Burroughs, Murakami ni Caicedo,
ni siquiera he escrito los libros que debería.
Hay para quienes vivir es luchar por un metro de tierra
donde respirar,
y cuando lo consiguen gastan su vida adornandolo,
eso toma tiempo.
No importa lo grande que sea el propósito
todos viven porque no pueden evitar vivir, es la única verdad
Ah sí, la ansiedad, la ansiedad engrasando el aire,
los días estrechos donde sólo importa continuar,
chatarrería blanca arremolinada en la cabeza,
el pensamiento enervado en la inercia plomada...
Por eso vengo tosiendo tinta desde hace tanto
muriendo mucho sin morir nada
Para qué vivir? para amar?
Para qué vivir? para servir?
quizás sea por algo más rápido,
o porque cuando sostienes la hojilla trémula
sientes la muerte erizada en tus venas
y parlanchines copos de ectoplasma interdimensional
preparando la mesa escatológica.
Vivir sigue doliendo, Sartre es una hoja seca,
habría que ser un superhombre,
no sé practicar yoga, frecuentar la playa,
volarse la cabeza los sábados por la noche.
O aceptar de una vez por todas la estadía
y mover las fichas, una, dos, tres
puntos rojos en el mapa psicosexual.
Algún día fui Eros y conocí a Psique
ya no sé si ocurrió en realidad,
mis propias flechas ensarté en mi corazón
con un cielo de dulce vino.
Y ella me explicó nuestar relación
y como habría de ayudarnos a crecer
Debía desear una comunión total
con las dos hipóstasis anteriores,
tocar el supremo resplandor ininteligible,
obtener la condición estelar.
Conociendo la continuidad de la existencia,
pues nada puede matar la esencia
martes, 10 de febrero de 2009
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