lunes, 3 de agosto de 2009
Sin título
Hay filosofía en ambos polos para aventarme
en tímpano a sus mares de sonido según lo dicten
las escalonadas páginas del destino, áspera charca
inflamando la contingencia en la infinita noche
que tras su podio fosforescente a veces presiente
la osamenta de un pez gigantesco entre jeroglíficos
incipientes desarmada y otras veces la novena puerta
aún de pie, bajo órbitas estupidamente enredadas
en su loco afan de cabalgar el tiempo hacia una
eternidad lineal fundada en función a su volumen.
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