El escorbuto dorado se cuece en los paladares del sol marrón
donde se inflaman látigos amarillos de alquitrán.
los frutos se avinagran en las ramas
afuera del paraíso
donde la fauces estan abiertas y la arena estéril
la paz foranea es una piedra blanca
hundiendose en el azur.
La ternura del exilio orinó en celo un arrebol, endulzando
el horizonte con esperma sedosa.
Hallaron en el bajo crepúsculo
dentro de la jaulas de paredes de hueso
cadaverer deshidratados con alas de libélula, yaciendo
entre nubes de verdes moscas, sus agonías
se oían hasta el mar catastrófico,
cortando el aliento de las caracolas marinas.
los que se sentaban a la mesa
sintieron el esplendor saqueado de un Dios mitologico
la lluvia de trementina se precipito desde las nubes velludas
y en las pestañas del viento moría una coda.
Y en el puente los ojos depredados del desesperado
aguardaron hasta la media noche.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
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